TRES ELEMENTOS A TENER EN CUENTA PARA CRECER- SEGUNDA PARTE

El Segundo Principio de Victoria: Estudio de la Palabra de Dios


¡Vas muy bien en tu caminar con el Señor Jesucristo! Eso es extraordinario. Paso a paso como decía el apóstol Pablo: “prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento” (Fil 3:14 RVA). Hoy aprenderemos el Segundo Principio de Victoria para la vida Cristiana: el estudio de la Palabra de Dios: la Biblia.

El primer interrogante que nos formulamos cuando recién comenzamos a asistir a una congregación cristiana es: ¿Por qué todos llevan una Biblia?. Tal vez durante mucho tiempo ese libro fue algo extraño para ti, y el solo mencionarlo provocaba pereza, quizás pensaste que era un libro pasado de moda anticuado. Ni siquiera contemplaste la posibilidad de leerlo. Y si alguna vez lo intentaste, es probable que no hayas pasado del primer capítulo del libro del Génesis.


Esa situación la hemos enfrentado la mayoría de los creyentes. Pero llegó la hora de conocer mucho más de un texto que es el más vendido en toda la historia, y en todos los países, y que es verdaderamente apasionante: la Biblia. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, encontrarás principios prácticos que te ayudarán en todas las áreas de tu vida. Para fortalecer tu relación con Dios, en tu relación contigo mismo y con las personas que te rodean, bases para manejar bien las finanzas o planificar tus sueños y metas hacia el futuro. También encontrarás temas sobre relaciones humanas, psicología y todo un abanico de instrucciones que enriquecerán tu existencia.

Te preguntarás: ¿Qué es la Biblia y de dónde provino? Muy buena pregunta. La Biblia se compone de 66 libros, de los cuales 39 corresponden al Antiguo Testamento y 27 al Nuevo Testamento. Los primeros escritos –correspondientes al Antiguo Testamento-- se hicieron papiros y pergaminos en Hebreo y Arameo, pero no se tienen disponibles. Su contenido se transmitió de generación en generación con la ayuda de copistas, que eran hombres dedicados a transcribir pasajes conforme se iban requiriendo. El Nuevo Testamento está escrito en griego. Estudiar la Biblia te ayuda en el crecimiento personal y espiritual.


Es probable que a simple vista consideres que el Estudio Bíblico es complicado, y tras intentarlo varias veces, hayas desechado ese propósito por considerar que definitivamente sacar enseñanzas de sus páginas es tarea de sabios y eruditos. Sin embargo, estás equivocado. La Biblia contiene principios y pautas que transforman tu existencia. Y leerla es muy fácil. ¿La razón? Fue escrita por más de treinta autores, en su mayoría hombres sencillos, sin dotes de científicos o profesores de cátedra universitaria. La redacción se hizo en un período aproximado de 1.500 años. Y lo más extraordinario de ello es que a pesar que no se conocían ninguno se contradijo y el mensaje estaba y esta centrado en Cristo.


¿Cómo confiar que se trata de la Palabra de Dios?
Para responder este interrogante, que seguramente ya te has hecho, el apóstol Pedro escribió en el primer siglo: "... porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo" (2 Pedro 1:21).

Un segundo interrogante es, ¿qué beneficios obtenemos de leer la Palabra de Dios? En su memorable carta a uno de sus discípulos, Timoteo, el apóstol Pablo escribe:"Toda escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra"(2 Timoteo 3:16, 17).


LA LECTURA DE LA BIBLIA, UN HÁBITO SALUDABLE

Leer la Biblia cada día, comenzando por un capítulo, y avanzar progresivamente, conforme tomes gusto por su estudio y aplicación práctica, será sumamente saludable para tu crecimiento espiritual. Quizá no te hayas dado cuenta todavía cuenta, pero poco a poco, abiertos al mover del Espíritu Santo en nuestra existencia, la Palabra irá tomando vida en ti y te transformará en cristiano que sabe cómo y de qué manera desenvolverte, conforme a la voluntad divina. Ármate de lápiz, de papel, de un buen diccionario y toma tiempo para ir estudiando cada capítulo. Toma nota de aquellos aspectos que te llaman poderosamente la atención. Aquellos asuntos que no entiendas, consúltalos con tu líder. Es una forma de crecer en el conocimiento Escritural. Además, te permitirá despejar todos tus interrogantes.

Una vez que tengas cierto manejo de la temática bíblica, tu llamado es a formar a otros en el sendero de la Salvación. Es una recomendación del Señor Jesús: "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20) y, también, le recomendó al apóstol Pablo en su carta a Timoteo: "Lo que has oído de mi ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:2).

¿Por dónde comenzar? Con mucha frecuencia quienes manifiestan interés en la Biblia, comienzan desde el libro de Génesis, tratando de seguir un orden lógico. Sin embargo, lo más aconsejable es comenzar por el Nuevo Testamento, y en particular, por los evangelios. Hay dos sumamente ilustrativos respecto al nacimiento y desenvolvimiento ministerial de Jesucristo: el de Mateo y el de Lucas. El primero, un cobrador de impuestos para Roma, el segundo, un médico y definitivamente consagrado historiador. Los dos consignan qué hizo el Señor Jesús, cómo murió en la cruz por nuestros pecados y de qué manera resucitó, haciéndonos hijos de Dios por su obra redentora.

Después puedes proseguir con el libro de los Hechos de los Apóstoles y con las cartas apostólicas de Pablo, Pedro, Juan, Santiago y Judas. Pospón Hebreos y el Apocalipsis hasta que hayas avanzado un buen trecho del camino en el estudio bíblico.

Concluida esta primera fase, puedes emprender la lectura del Génesis y así sucesivamente.
También puedes leerla conforme surja la necesidad de tocar un tópico de tu vida que necesites orientar. Es como cuando sentís una necesidad fisiológica por ejemplo cuando tenes hambre que es lo que haces? vas a correr, te dormís una siesta… verdad que no ? Seguramente vas a la heladera o a la alacena, te dirigís al lugar donde hay comida para saciar esa necesidad, de la misma manera lo haces cuando estas cansado, con sueño. No te vas a jugar, ni a comer sino que buscas un lugar donde poder descansar. Lo mismo tenemos que hacer cuando vemos necesidades específicas nuestras vidas o estamos pasando momentos difíciles, en lo económico, a nivel matrimonio, estudio, tentaciones de diferentes índoles, estamos angustiados con temor, cansados o sin fuerza. Tenemos que buscar en la biblia una palabra específica a una necesidad específica y para eso tenemos una herramienta fundamental, la concordancia que nos va a ayudar a encontrar que es lo que dice Dios al respecto de la problemática que estoy viviendo y que es lo que debo hacer en medio de ella. De esa manera empiezo a tener dirección especifica y descubro como él Señor empieza a hablar y trae paz dirección etc. Pero debemos recordar lo fundamental funciona lo que se practica. Y ahora..

¡Felicitaciones por emprender el sendero del crecimiento personal y espiritual con fundamento en las enseñanzas del Señor Jesucristo!