TRES ELEMENTOS A TENER EN CUENTA PARA CRECER- PRIMERA PARTE

Crecer es parte natural de la vida, desde que somos gestados en el vientre de nuestra madre empezamos a crecer. El nacimiento no es el final en la vida de una persona, sino el comienzo. Es el momento donde empieza una nueva etapa, al nacer el bebe es alimentado con la leche materna y en medida que se va desarrollando nuevos alimentos van siendo agregados a su dieta que le va a ayudar a seguir desarrollándose. A medida que va pasando el tiempo experimenta cambios físicos, intelectuales, asumiendo nuevas responsabilidades. Aprende a hablar, a caminar, socializar, etc. Para que este crecimiento sea sostenido en el tiempo, es importante la calidad y cantidad de alimento que reciba.

De la misma manera cuando una persona invita a Cristo a venir a su vida, experimenta lo que la biblia llama un nuevo nacimiento. Se convierte en una nueva persona con nuevo propósito, con una nueva visión de la vida y de por qué esta en la tierra. Para que esto suceda y experimente crecimiento, madurez “alcanzar la estatura de Cristo” (Efesios 4:13), debe adquirir tres elementos para su nueva vida, que es el Trípode que va a sostener esa vida de manera saludable y la hará exitosa: La Oración, la Palabra, la Congregación.


Principio de la Oración

¿Cuál es en tus propias palabras el significado de orar? ¿Qué significa para ti?
El primer paso entonces es determinar qué es oración. He aquí una descripción sencilla: "La oración es un diálogo con nuestro amado Dios bajo la certeza de que Él nos escucha".

El propio Señor Jesucristo pasaba tiempo en oración. ¿Tú deseas aprender del Señor Jesús? Sin duda que sí. Una de sus motivaciones era la oración. ¿Lo sabías? Es lo que aprendemos en las Escrituras: "En aquellos días se fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos, a los cuales llamó también apóstoles..." (Lucas 6:12, 13).

Este pasaje nos enseña tres aspectos importantes:
1.- La oración formaba parte fundamental de las acciones diarias del Señor Jesús.
2.- Pasaba largas horas delante de Dios el Padre en oración.
3.- No tomaba ninguna determinación—como aquella de escoger a sus discípulos—sin antes orar.

El Evangelio también registra el hecho de que el Señor Jesús comenzaba su jornada diaria con oración. También apreciamos en la Biblia que terminaba sus actividades cotidianas yendo a la presencia del Padre:"En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo" (Mateo 14:22, 23).

¿Has comprendido hasta el momento el significado de la oración? Ahora es probable que tengas un interrogante:

¿Por qué cosas debemos pedir?

Una pregunta de suma importancia. Si bien es cierto, en la Escritura encontramos que Dios conoce cuáles son tus necesidades y las mías, no estamos eximidos de ser específicos en nuestras oraciones. Pueden ser por crecimiento espiritual, salud, provisión financiera, paz para nuestro ser, la conversión de un familiar y que el Señor te revele cuál es Su plan para tu vida, entre otras.

Aquí hay algunos elementos que debes conocer. Se trata de los tipos de oración:

1.- Oración general.- Cuando tú hablas con Dios y le refieres todo lo que concierne a tu vida, tus necesidades y la petición que tienes de ayuda. También puede estar orientada a expresar gratitud a Aquél que todo lo puede.
2.- Oración de intercesión.- Cuando nuestras oraciones son a favor de otras personas: por su conversión a Cristo Jesús, por sanidad física, por provisión financiera etc.
3.- Oración de guerra espiritual: Se trata de un concepto que desarrollaremos más adelante, pero para adelantarte un poco te diremos que es el tipo de oración que hacemos –entre otras cosas-- para que Dios nos fortalezca cuando vienen tentaciones y asedios de parte de nuestro enemigo espiritual: Satanás.
4.- Oración de clamor: Cuando nos humillamos delante del Señor para elevarle una petición específica. Oramos intensamente hasta tanto vemos una respuesta. En algunas ocasiones nuestras oraciones van acompañadas con ayuno.

¿Qué aspectos estorban nuestras oraciones?
¿Has escuchado frases como: "A pesar de mis oraciones parece que Dios no me escucha"? Te preguntarás, ¿por qué ocurre? Hay varios aspectos que describimos a continuación.

1.- La falta de santidad.
2.- No perdonar a quienes nos provocan mal.
3.- Una mala relación matrimonial.
4.– pensar que Dios nos escucha por nuestros meritos etc.


Cuántas veces debemos orar?

Tal vez te preguntarás, ¿cuántas veces sea necesario orar? Tal como lo aprendemos en las Escrituras: "También les refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar" (Lucas 18:1). ¿Te das cuenta? No desmayar implica perseverar, que es una palabra clave cuando clamamos. El apóstol Pablo recomienda:"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias" (Colosenses 4:2). Y más adelante exhorta:"Orad sin cesar" (1 Tesalonicenses 5:17). ¿Lo observa? No existe basamento Escritural para asegurar que con orar una vez basta. Es necesario perseverar, persistir, no desmayar hasta tanto veas la respuesta de Dios.

En medida que aprendamos a hablar con nuestro amigo, le vamos a conocer con mayor profundidad y ello nos va a llevar a un nuevo nivel de confianza en aquel que no cambia, que permanece fiel, que quiere lo mejor para cada uno de nosotros , que cumple sus promesas y camina a nuestro lado cada día de nuestras vidas. La oración traerá una nueva perspectiva de la vida, los recursos de Dios se harán evidentes y estará a tu disposición la fortaleza, la provisión, la paz, el cuidado, el sustento. Porque el que te ama, el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, de Pedro, de Pablo está contigo.